Todo comenzó cuando
mis papas decidieron enviarme a un campamento fuera de país, y se preguntaran porque
me enviaron. Por la simple razón de que estaba saliendo mucho con unos amigos
que según mis padres tenían mala fama. Un día escuche a mi padre hablar con
mama y decían –es mi última palabra Michelle se ira al campamento en
Alemania-dijo mi padre –pero ¿por qué enviarla tan lejos? -decía mama con cara de preocupada -Para que
deje de Salir con esos ladrones y drogadictos-respondió mi papa alzando la voz.
Pero mis amigos
no eran así, solo tenían esa fama por culpa de unos amigos que tenían antes y
que los llevaron por mal camino, pero ellos habían cambiado para bien además habían
estado en rehabilitación además les toco ir por 2 años con una psicóloga, en fin,
ellos cambiaron, pero todos ven solo lo malo de las personas para poder
juzgarlas y mis padres era unas de esas personas.
Mis padres me
dijeron del campamento unos días antes de que empezara, así que tenía que
empezar a alistar las cosa iba a estar allí casi 4 meses, y eso no era lo pero iba
a ir con una prima que ni sabía que existía hasta ese día. Pues puedo decir que
hasta ahí todo estaba bien. El día de la despedida en el aeropuerto me encontré
con mi querida prima (nótese el sarcasmo), ustedes dirán, pero eso no está nada
mal, y es verdad hasta hay nada iba mal hasta que mi padre me pidió mi celular y
me dio otro que solo servía para llamadas. Mi vida es genial.
Cuando llegamos
al campamento, nos llevaron como a un conjunto pero no de apartamentos si no de
cabañas, eran alrededor de 25 cabañas, en las cuales cada una contaba con 5
habitaciones o fue lo que nos dijeron, nos quedábamos niñas con niñas y niños
con niños. A mí me toco quedarme con mi querida prima, y tres niñas más, de los
cuales no sabía el nombre aun, después de poner todas las cosas en su lugar no
llamaron para almorzar y danos instrucciones.
Cuando estábamos
en una habitación en la cual habían dos mesas grandes y un monto de silla, nos
dijeron que nos sentáramos en la mesa que quisiéramos y así fue, Maia (mi
querida prima) también se sentó en la misma mesa para ser más exacto en la
silla de mi lado derecho. Todos se estaban acomodando en las mesas y mientras
tanto estaba distraída mirando que más se podía hacer con el celular que me había
dado mi papa, me di cuenta que los únicos contactos que tenía eran los de mi
mama y papa, grandioso ahora no podría hablar con mis amigos y ese fue el plan de
mi padre.
Cuanto la
encargada de dar instrucciones comenzó a hablar, todos no paramos por educación
y había estado tan distraída que no me di cuenta, que al otro lado de la mesa
estaba un chico, muy lindo por cierto y cuando se dio cuenta que lo miraba, me sonrió,
y quedé perdida hasta cuando maia me dio un codazo y que pusiera atención, pero
que fastidiosa porque en ese momento.
MUY PRONTO
ESTARA PUBLICADO LA SEGUNDA PARTEB DE ESTA HISTORIA NO TE LA PIERDAS.